miércoles, 11 de abril de 2007

Los observadores documentan uno de los más crueles días que se recuerdan








Miércoles 11 de Abril

Canadá: el mundo te mira (matanza del día 10 de Abril)

La brutalidad de la matanza estremece a los observadores

Newfoundland- “Los equipos de observadores que acuden cada año a documentar la matanza de focas en Canadá apenas pueden explicar con palabras el horror que están presenciando estos últimos días, especialmente el martes día 10. Se registraron nuevas violaciones de las regulaciones de la matanza, que se añaden a las más de 700 documentadas”-denuncia Núria Querol, representante en España de la Protect Seals Network.
Los cazadores, contrariamente a los argumentos esgrimidos por el Gobierno canadiense de que no se matan cachorros, dispararon a un gran número de focas bebé que aún no habían llegado a mudar la capa de pelo blanco por completo y las dejaron agonizando. El 98% de las focas que mueren apaleadas o disparadas tiene entre 12 días y tres meses de edad.
“Una de las historias más escalofriantes que se han documentado es la de una foca tratando de escapar desesperadamente mientras deja un reguero de sangre en el hielo (El vídeo puede verse aquí:

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ADVERTIMOS DE LA DUREZA DE LAS IMÁGENES
Los cazadores lograron darle alcance, la empalaron con el hakapik (bastón con garfio) y la arrastraron por el hielo hasta el bote y la lanzaron hasta una pila de 50 cadáveres. Un cazador agarró entonces un bastón y le rompió el cráneo.”-explica Querol.

Otra foca bebé había sido malherida y fue, al igual que la anterior, arrastrada con el garfio por el hielo hasta ser lanzada a la pila de cadáveres. Los activistas observaron con horror cómo la foca intentaba escapar agonizante entre la pila de miembros de su grupo.

Una foca herida, se movía mientras estaba siendo apuñalada con un garfio. El cazador agarró un palo de madera -herramienta prohibida por la ley- y le golpeó el cráneo.

Otra foca fue malherida con un disparo pero logró escapar en el agua, aunque, como afirman los observadores, las focas heridas acaban agonizando y muriendo desangradas sin formar parte de las estadísticas oficiales.

Como es habitual, los cazadores no llevan a cabo las regulaciones que estipula la Marine Mammal Regulations, que exige la comprobación de que la foca está muerta antes de clavarles el garfio, arrastrarlas y despellejarlas. Casi todas las focas muestran señal al dolor mientras los cazadores les clavan el garfio en su mándibula, aletas o cráneo, y las arrastran por el hielo.

“Los observadores catalogan lo acontecido el día 10 como uno de los más crueles y sangrientos días que se recuerdan, sin que se identificaran guardacostas ni policía en la zona para asegurar el cumplimiento de las leyes de esta matanza que, el Gobierno canadiense, tiene el cinismo de calificar como 98% humanitaria”- comenta Querol.

El sufrimiento indescriptible de estos animales es debido al comercio de la industria peletera (Prada, Versace, Gucci), de suplementos de aceite de foca y penes como afrodisíacos.

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